2006, irailak 4

De importante nivel

Medioa: EL DIARIO VASCO

Kritikaria: EMECE

La rotundidad con la que la Orquesta Sinfónica de Bilbao llevo a cabo la obertura de esta ópera romántica, fue el presagio de que se iba a disfrutar de una velada lírica de importante nivel. El ostentoso cambio positivo que la dirección musical del vitoriano Juan José Mena ha dado a esta agrupación, a base de tenacidad, esfuerzo, trabajo, pugna por mayores recursos y renovaciones importantes en el orgánico, ha dado el jugoso fruto que ya se observó cuando este músico se enfrentó con el género operístico desde el foso del Euskalduna y, concretamente, con este mismo título y similar reparto allá por el mes de enero del año en curso.

La orquesta sonó bien, con seguridad, aunque le hace falta más notorios brillos en la cuerda grave a la hora de alcanzar efectos de rotundidad y de apoyo a las otras secciones. Mena cuidó en extremo a la sección de viento metal -tan importante en esta obra- dándole ocasión a que se luciera en las modulaciones de intensidad y en toda la trama orquestal que se desarrolla alrededor de la intervención de la presencia del holandés.

La dirección orquestal de Mena, mejor dicho su tarea de maestro concertador, resultó rigurosa con la partitura, llevando a los cantantes sin licencia alguna, sujetando bien al coro y demostrando -aunque a él no le atraiga en forma especial- el prometedor futuro que puede tener dirigiendo ópera. Es efectista y efectivo en este complejo trabajo.

El conjunto coral, integrado por el Coro Easo y la Coral Andra Mari dieron buena cuenta de su comprometida tarea. Así los varones estuvieron impecables en momentos de canto apianado y rotundos en generosidad, sin caer en el fácil grito, en la compleja canción marinera Mit Gewitter und Strum con la que termina el acto primero y se lucieron con Steuermann, lab die Wacht! que inicia el acto tercero. Por su parte las féminas dieron buena cuenta de su aplicación en el delicioso Summ’ und brumm’, du gutes Rädchen del acto segundo

En cuanto a voces solistas, el tenor irunés Angel Pazos salió con apuros, a base de técnica, de la tirante y aguda escritura que tiene su personaje del Timonel. estando una tanto incómodo en esa alturas. La soprano navarra Francisca Beaumont, como Mary, cumplió bien con un trabajo corto que nunca resulta agradecido vocalmente.

Con la hermosura de timbre que posee el barítono Albert Dohmen se empeñó en forzar inadecuadamente, en la emisión, la voz, con lo que la proyección salía ya distorsionada. Pudo haber hecho un gran Holandés, y lo dejó descafeinado.

El bajo coreano Philip Kang empezó con la voz engolada, para ir poco a poco liberándola y presentando una textura de nivel importante, diseñando un importante Daland. El enamorado personaje de Erik fue cantado por el tenor Jorma Silvasti con gran calidad y perfecta emisión.

El cometido de la infeliz Senta estuvo a cargo de la soprano Eva Johanson que dotó a su personaje de una permanente carga dramática. Su canto está bien montado, es dúctil y de fácil llegada a la tesitura aguda. Su triple balada Traft ihr Schiff im Meere an resultó el momento más sólido de toda la velada.

Punto final. ¿Muchas gracias!.