Medioa: El diario vasco
Musikaste cerró anteayer su 43 edición con un concierto que, más que nunca, pareció pensado para la expresión. En primer lugar, por las distintas estéticas presentadas, a pesar de estar construido sobe sólo dos autores: Tomás Aragüés, que recibía de esta forma un merecido homenaje en su 80 cumpleaños y que estuvo presente, y José María Usandizaga, en el centenario de su muerte.
A la expresión de las creaciones de estos dos compositores se unió la de la Coral Andra Mari y también la del público, que despidió al que ha sido el director de la agrupación durante más de veinte años, José Manuel Tife, y que aplaudió largamente un encuentro amable e ideal para cerrar la Semana de la Música Vasca.
La Orquesta Sinfónica de Euskadi abrió la velada con una lectura un tanto insegura e imprecisa de la clásica De contrapuntos y amables polifonías, con temas pegadizos, de orquestación brillante y poderosa y siempre fiel al estilo de Aragüés y a su título. La presencia del órgano, con un importante protagonismo y dialogando en ocasiones con el grueso orquestal, daba a la partitura reminiscencias barrocas e incluso en algún momento, renacentistas, con temas danzantes. No se vio cómodo al director Diego Martín en esta obra, que se recibió un tanto caótica, especialmente en los temas fugados, poco claros.
El maestro y la orquesta se lucieron mucho más en las tres siguientes composiciones de Usandizaga y que la OSE grabó en 1998. La Suite en la, escrita con 17 años, recordaba a épocas muy anteriores a la que fue creada. La OSE la interpretó con gusto y sensibilidad, así como Hirurak bat, mucho más cercana en estilo al folclore vasco y basada en tres melodías muy conocidas: Maritxu nora zoaz, Ai, ai, ai mutilak e Itsasoa. Aquí hubo brillantez, buenos colores y matices. Hassan y Melihah, de ambiente orientalista, grandiosa, y de distinta expresión, completó el bloque con un buen trabajo por parte de la orquesta y el director.
Las dos últimas obras del programa incorporaron a la Coral Andra Mari, en su último concierto con José Manuel Tife como director, a la soprano Miren Urbieta, y al tenor Xabier Anduaga. Bitz, que acogía su estreno, y Umezurtza permitieron escuchar a un Usandizaga de expresión muy distinta. La primera, una pieza ligera, pensada para el divertimento, acercó sonidos de La Belle Epoque donostiarra. La segunda, por el contrario, presentó al Usandizaga más dramático e innovador. En ambas obras la orquesta y Andra Mari regalaron buenas lecturas junto con el joven y prometedor tenor Xabier Anduaga y la soprano Miren Urbieta, maravillosa vocalmente, con gran técnica y sobresaliente musicalidad.