Medioa: EL CORREO
Kritikaria: Nino Dentici
Efectivamente, el concierto con la interpretación de la magna obra coral de Beethoven sirvió para que la Quincena homenajeara a la Coral Andra Mari de Rentería por sus cincuenta años de existencia. La efemérides merece la pena ser comentada, pues llegar a medio siglo de vida en el ámbito musical o cultural cualquiera, supone tal esfuerzo que honra ya sea a los fundadores o ya sea a los continuadores.
En cuanto al concierto, hasta la llegada del último movimiento, o sea, el presto final, la figura ágil y de vivo ritmo del maestro Herreweghe marcaba con detalle las entradas de las diferentes familias de la gran orquesta que dirigía. Los ademanes de Herreweghe se hacían llamativos y el sonido del conjunto de la Radio de Frankfurt armonioso y conjuntado. Llegó pues el momento en el que el barítono Bauer entró con el ¡Oh Amigos! en la parte coral propiamente dicha. Se le apreció una bella voz, lo mismo que la del tenor que mostró su gran brillantez. Entre las féminas, apreciamos una voz ligera en la soprano Earens, tal vez demasiado para este movimiento beethoveniano y si bien oscura, no muy potente en la mezzo Chappuis.
De todos modos no es una página en la que apreciar las diferentes voces solistas, sino más bien calibrar la fuerza, los matices y sobre todo el nexo de unión entre las más de ochenta voces de la Andra Mari. La coral de Rentería, dio la impresión de absoluta seguridad y dominio, facilitando la labor del maestro en la dirección y satisfaciendo al público asistente por su calidad vocal.