2009, maiatzak 24

Con raíces vascas

Medioa: EL DIARIO VASCO

Kritikaria: EMECE

Hoy ya es historia la 39 edición de Musikaste, llena de luces y de aciertos, pero historia, se mire por donde se quiera mirar, que nos deja los posos de un concierto de clausura de profundas raíces vascas, dicho sea sin ningún tipo de concomitancia ideológica. La música ayer escuchada contiene elementos de puro tipismo -exultante y costumbrista- vasco, elevado a bellas las conceptuaciones sinfónicas y melódicas.
Tal fue así la chispeante y rotunda obra del francés Bordes titulada Euskal Erria, a la que la Sinfónica de Euskadi sacó chispas en su tercer movimiento titulado Fuenterrabía. Todo un gusto para constatar cómo se sentía a esta tierra en el siglo XIX allende nuestras fronteras.
De Beltrán Pagola se interpreto ¡Donosti!, Capricho humorístico, con manifiestas llamadas a pinceladas festivas de San Sebastián, elegantemente expuestas y ricas en sutilezas. Obra a tener en cuenta por los responsables que rectoran el proyecto de la capitalidad cultura europea para 2016.
La Comunidad de Madrid hizo el encargo a la baracaldesa María Luisa Ozaita la obra Cartones goyescos en la que se traslucen manifiestos efectos melódicos ravelianos, cual es el caso del primer cartón El militar y la señora.
Después de 21 años de silencio ayer vió la luz de su estreno la Tercera Sinfonía Harri zuria, para coro y voz, del zarauztarra Ángel Illarramendi. Contó con la precisa y elegante joven batuta de Rubén Gimeno y la cálida y cuidada voz de Maite Arruabarrena.
El compositor nos presenta una obra en tres movimientos en la que emplea al coro con rotundidad y exigencia, en textos de compleja rima y donde el Andra Mari se lució por su generosa entrega. Hay pasajes de dulce expresividad melódica en el tratamiento de las arpas. Maite Arruabarrena tiene escrita una compleja entrada que resolvió con acierto, aplicando una técnica de emisión muy precisa