Medio: ideal de Granada
Me parece una magnífica idea el haber incluido zarzuela dentro de la programación del Festival granadino. Porque aunque hay gente que arruga el entrecejo cuando oye la palabra zarzuela, se olvida de que en realidad se trata de ópera cómica. Los muchos detractores de este género se fijan sobre todo en títulos poco convincentes, pero no tienen en cuenta la gran cantidad de obras importantes, algunas de ellas buenísimas, que configuran todo el tesoro del teatro lírico español. Es más, suelen confundir lamentablemente género chico con calidad de obra. Y nada más lejos de la realidad. El género chico se refiere, sobre todo, a la duración de la pieza teatral. Una zarzuela en un acto es género chico, aunque sea formidable musicalmente. Una zarzuela en tres actos, aunque sea horrenda, es género grande. Pues bien, muchos todavía no han conseguido desprenderse de los prejuicios y de los tópicos y creen que es zarzuela esa serie de pasillos cómicos, juguetes cómicos, pasillos veraniegos y demás denominaciones que hacían posible las cuatro funciones diarias de un teatro como el Apolo. Pero se producen olvidos, muchas veces fruto de la ignorancia. Se olvidan de la gran obra de un Barbieri con títulos tan importantes como como ‘Jugar con fuego’, ‘El barberillo de Lavapiés’, ‘Pan y Toros’, ‘Los diamantes de la corona’.. O un Chapí con ‘La tempestad’ y ‘La bruja’; o un Vives, con ‘Maruxa’ y ‘Doña Francisquita’; o Guridi, con ‘El Caserío’; o Usandizaga con esa maravilla que es ‘Las Golondrinas’ etc… Y las zarzuelas del XVIII. Toda una larga historia que no se puede condensar en un comentario despectivo que nace, singularmente, del desconocimiento.
Pues en esta ocasión hemos escuchado dos zarzuelas de características muy diferentes. Pero ambas de un gran interés. El sevillano Gerónimo Giménez escribió ‘La Tempranica’ sobre un libreto de Julián Romea. La música supera, avasalla, totalmente al libreto. Giménez consigue una partitura excepcional, llena de belleza, de encanto. Una música netamente andaluza pero apartada de los tópicos. Una magnífica orquestación, un buen tratamiento de las voces, un uso adecuado del contrapunto. Consigue una obra de gran calidad, pienso que de lo mejor del llamado género chico no madrileño. La acción se sitúa en Granada y desde el primer momento se advierte el hálito misterioso, especial, que parece rodear a esta tierra y que incide en los personajes, una joven gitana, cuyo drama se desarrolla en torno a un amor no correspondido y que tiene como ‘leit motiv’ una copla, «tempranica me llaman quizá lo sea.», la figura de un aristócrata que enciende el amor de la muchacha y, sobre todo, los coros en una serie de escenas de conjunto logradísimas y de una gran belleza.
Grandes voces
Pues bien, María Bayo ha hecho una Tempranica espléndida, dramática en el dúo con el barítono, lírica y melancólica en la hermosísima aria ‘Sierras de Granada’. Un gran éxito el de esta gran cantante y eso que la partitura pienso que requiere una voz más grave. Junto a ella el barítono Carlos Bergasa ha hecho un Don Luis sobrio y elegante. Y los demás personajes también muy acertados como Marina Rodríguez Cusí en un buen Grabié, con la famosa ‘Tarántula’. Y el coro excelente, en las escenas del campamento gitano, con buenas voces y afinación. Una buenísima actuación la de esta Coral Andra Mari de Errentería. Y Víctor Pablo Pérez, magnífico al frente de la muy buena Orquesta Sinfónica de Galicia.
Lo mismo puede decirse de la zarzuela cubana que abrió el programa. Una obra que yo solamente conocía de referencias, sin haberla escuchado nunca: la zarzuela ‘Cecilia Valdés’, del maestro Gonzalo Roig. La verdad es que me ha gustado mucho. El libreto es un tanto melodramático, pero la música es hermosa, está muy bien construida y tiene un gran encanto. Hay fragmentos muy brillantes como la habanera inicial que canta Cecilia o el hermoso dúo de Leonardo y Cecilia, o el canto apasionado de José Dolores, o el bonito y bien cantado duettino de Leonardo e Isabel. La incorporación de elementos propios de la música popular cubana aumenta el interés y el atractivo de esta obra.
Interpretación de gran categoría. Los dos protagonistas, María Bayo y el granadino José Manuel Zapata, brillaron a gran altura. Zapata con su hermosa voz de tenor lírico, con tendencia a lírico ligero, con un timbre muy bello y con una musicalidad y buen gusto del que hizo alarde durante toda su actuación. Y María Bayo espléndida, segura, llena de encanto y gracia, bordando prácticamente su papel. El resto del elenco, Carlos Bergasa, Emilio Sánchez y Marina Rodríguez Cusí, junto al excelente coro y el buen quehacer de la orquesta contribuyeron al éxito de una obra llena de interés y atractivo. Y por supuesto la maestría, la autoridad, seguridad y gran categoría que Víctor Pablo Pérez demostró en el podio.